domingo, septiembre 7

La nueva era

Las princesas de ahora no son como antes, es más, hay aspectos nuevos que no se consideran de princesas, el mundo ha cambiado y existen la nueva generación de princesas. Nosotras soñamos con nuestro príncipe encantado pero el beso de verdadero amor se ha distorsionado para algunas.

Las princesas antiguas besaban una sola vez y por suerte ese era su verdadero amor, en esta sección tenemos a La cenicienta, Ariel, Aurora y Blanca Nieves. Las otras como bella, Giselle, Pocahontas y Jazmín no son princesas clásicas, son efecto de la globalización o no poseen sangre azul por eso su veintiunico beso no es necesariamente amor real.

Las clásicas princesas desaparecieron, es por esto que no podemos reconocer el beso de verdadero amor, muchos hombres aparentemente buenos se cruzan en nuestro camino, es culpa de ellos que no sepamos reconocer a nuestro príncipe azul.


Los príncipes también han evolucionado al estilo XXI donde algunos no creen que su princesa los espera y no muchas mujeres son castas y puras. Tan confuso se ha vuelto que algunas princesas dan su beso de amor verdadero (“B.A.V.”) al creer profundamente que ese individuo es su príncipe pero el las decepciona; ellas no dejan de ser princesas, solo fueron engañadas por un mentiroso.


Existen tres tipos de hombres:

  • Hombres propiamente dichos
  • Caballeros
  • Príncipes

Las princesas mas saladas son las que confunden al príncipe con un caballero, es lo mas difícil de reconocer y por eso dan su B.A.V; pueden quedarse con el caballero (si es que este no las rechaza) o arriesgarse a que su príncipe (si es que lo encuentra) no le guste la idea que ella diera su B.A.V a otro.

Es difícil ser princesa y fácil ser mujer, los prejuicios y las brujas conspiran contra nosotras.


Nota1: La cenicienta es una princesa antigua/clásica aunque no tenga sangre azul, es porque ella nació en el siglo 17 y su creador fue un conocido personaje de la corte francesa de Luis XIV.

Nota2: De las tres clases de hombres existen subdivisiones pero no quiero hablar de ellas.

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