domingo, septiembre 7

Mi príncipe

No se con quien me he de casar y vivir felices para siempre, lo que si se es que alguien me ha obsesionado y no puedo dejar de pensar en el; volverlo a ver es imposible hay un océano de distancia, desde Latinoamérica a España. Él era tan dulce, lindo, buen amigo, coqueto que me hizo sentir algo que nadie había logrado.

La primera vez que lo ví resalto en entre todos, me dije que estaba en el paraíso. El también estaba descubriéndolo, era nuestro primer día; la princesa Diana antes de morir me acompañó en ese viaje y nos encontrábamos tomando todos los tragos caribeños que podíamos probar. “Un daikiri de fresa y un chechekapapuka, porfavor” mientras que alguien nos llamaba, una chica quería saber cuales eran los mejores; Ese era su grupo: mujeres, doncellas, princesas, hombres, caballeros, y él, mi príncipe. Socializamos con todos pues ese es un prepósito de un Resort ultra secreto imperial, mejorar las relaciones entre naciones pero ocultando identidad. Nos subimos al carruaje para llevarnos a nuestra suite y al llegar contamos lo maravilloso que estaba el lugar a las doncellas, esa noche salimos.

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